Hola a todos,
amigos y compañeros de Detective. Hoy diseccionaremos un tema que a más de uno
le habrá dado insufribles dolores de cabeza, inenarrables momentos oscuros y,
en el peor de los casos, ganas de dimitir de la vida.
El mobbing es
una práctica habitual en centros de trabajo, donde si uno no sabe defenderse,
puede padecer graves consecuencias psicológicas. Aunque en el ámbito escolar también
existe, se llama buying, e implica (muchas veces) violencia física. Partamos de
la base que tanto el mobbing como el buying tienen características comunes; por
eso trataremos este tema como un dos en uno.
¿Qué sabemos
de los hostigadores? La mayoría de ellos provienen de familias disfuncionales, que
los acompleja y los asedia, haciéndoles sentir tan inferiores, que dispararán
ese rencor acumulado contra aquel que consideren más débil, y contra quienes puedan
hacerle sentir superior, agrediendo a su confianza y destruyendo su vida
psíquica. Aunque comparten rasgos psicopáticos, frecuentemente tienen una
cadena de complejos de inferioridad o superioridad, o conductas paranoides o
excéntricas, que no cabrían en la mente de las personas comunes.
Opuestamente,
las víctimas suelen tener una ética superior, son independientes, con
iniciativa, y empáticas; justo lo contrario que sus acosadores.
Las
consecuencias para los hostigados son bien variadas: insomnio, depresión,
ansiedad, inseguridad, culpabilidad, desvaloración, estrés, baja laboral,
absentismo escolar, y una larga lista que implica que la víctima abandone
voluntaria o forzosamente su lugar de trabajo.
Sabiendo todo eso,
¿qué podemos hacer si tenemos la fortuna en nuestra contra, y nos topamos con
este tipo de individuos? Preste atención y tome nota, no se salte ni una coma
de las próximas líneas, porque sé que le van a ayudar mucho. Es esencial y
necesario que no tenga miedo: el miedo paraliza la mente y la deja blanco.
¡Reaccione! Defiéndase. Cuando algo no le guste, hágalo saber desde el primer
momento, y envíe al sujeto al lugar que merece.
PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN
PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN
1.
Identifique
el problema, y evite la agresividad.
2.
Desvíe
el resentimiento y controle sus emociones.
3.
Sea
asertivo con las críticas y calumnias.
4.
Haga
frente al hostigador, y proteja sus documentos.
5.
No
se aísle, y no se sienta culpable.
6.
No
trate de convencer a su acosador.
7.
Asesórese
legalmente y psicológicamente.
8.
Use
el buen humor, y llore si lo necesita.
9.
Perdone
al acosador, pero defiéndase de él siempre que le ataque.
Si la
prevención se quebró, saque su segundo escudo: y no se retrase en intervenir.
Entre las
estrategias más efectivas, sea imprevisible para no caer en trampas y
manipulaciones; hable con el hostigador delante de testigos; y si es capaz de
dejar a un lado la ética, fotografíe o videograbe sus ataques y compártalos con
sus compañeros, ni lo dude. Y si lo merece, difúndalo entre los directivos u
otras empresas, y no tenga recelo en soltarlo en las redes sociales, citando su
nombre y su fechoría, y todos los datos que sean necesarios, porque todo ello tendrá
la contundencia de un martillazo en el diafragma para nuestro acosador, y se lo
pensará dos veces antes de cargar contra nosotros u otros que estén en su
victimario. Aconsejo que este último párrafo lo usen cuando no haya más
remedio, cuando sea él o usted, cuando ni las denuncias, ni las quejas funcionen.
La vida es
demasiado bella y corta para que aparezca un cretino acomplejado y te la complique.
Y aunque él tenga ese problema, no trate de ayudarle; defiéndase con su caja de
herramientas compuesta de neuronas; la mayoría de las veces no le recordarán por
lo que dijo, pero jamás borrarán de sus recuerdos por como hizo sentir a los
demás.
Deseo que este
post le haya gustado leerlo, tanto como a mí me ha gustado hacerlo. Si te ha
gustado este post, agrégame a mis redes sociales. Te escribió Dave Fear, y te deseo
buenas tardes.
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